jueves, 14 de enero de 2010

INFECCIÓN Y TRANSMISIÓN MYCROBACTERIUM LEPRAE.

La afección de los ganglios linfáticos en las extremidades inferiores determina elefantiasis con sus complicaciones como las erisipelas y úlceras.

Aproximadam
ente entre el 25 y el 35% de los pacientes padecen una discapacidad permanente debido a lesiones irreversibles de los nervios periféricos, usualmente de las manos y de los pies. La debilidad muscular debida a la pérdida de innervación es una causa evidente de discapacidad. Además, la pérdida de capacidad sensorial hace que las lesiones por calor o por objetos punzantes sean más graves y más propensas a infecciones. Al no percibir el sujeto dolor en el momento de la lesión ni durante el curso de la infección no puede adoptar las medidas protectoras adecuadas, lo que puede resultar en último término en la pérdida masiva de tejidos.

Las alteraciones de los nervios periféricos que se observan en la lepra son:

- aumento asimétrico del tamañ
o de los nervios (que se percibe como asimetría) en particular en los nervios más superficiales (auricular mayor, ulnar, radial cutáneo, peroneal superficial, etc)

- pérdida de sensibilidad de las lesiones de la piel (anestesia)

- parálisis de los troncos nervioso con o sin signos y síntomas de inflamación, con pérdidas de la función sensorial y motora. Si la neuropatía es crónica, ta
mbién aparecen contracturas

- anestesia distal de las extremidades con deterioro de las fibras C (implicadas en la percepción del frío y del calor) antes que las implicadas en otras funciones sensoriales

Menos frecuentemente pueden aparecer abscesos en los nervios y el síndrome del tunel carpiano.

La infección se adquiere por la inhalación del bacilo o por escoriaciones de la piel. Los niños son más susceptibles que los adultos, los hombres más que las mujeres en proporción de 2 a 1, la mayor incidencia se observa en las zonas tropicales; se estima que existen aproximadamente 15 millones de enfermos en el planeta ,distribuidos en casi todos los países con mayor incidencia en África, Asia, Europa,y America Latina.En México se sabe de aproximadamente 100 000 enfermos, pero se estima que deben existir aproximadamente otros 100 000 más que no se han identificado.

En la lepra lepromatosa, los ojos son atacados con fecuencia, observándose lesiones específicas (lepromas en la co
njuntiva, iris y cuerpo ciliar, iritis aguda con glaucoma, iritis crónica con sinequias anteriores y posteriores, etc.) y lesiones secundarias a neuritis de la rama oftálmica del trigémino. Son frecuentes las parálisis del orbicular y lagoftalmos. La insensibilidad corneal es un síntoma común.


La pérdida de sensibilidad cutánea facilita que traumas y quemaduras pasen inadvertidos y después se infecten, ocasionando periostitis y osteomielitis. El resultado es la pérdida de los dedos en manos y pies, pudiendo ocurrir incluso mutilaciones más extensas.



Una de la lesiones más características de la lepra lepromatosa son los nódulos mal definidos, del mismo color de la piel, de hasta 2 cm de diámetro, simétricamente distribuídos. Siempre está presente una infiltración difusa en la dermis que puede manifestarse abiertamente por un ensanchamiento de la raíz nasal y una tumefacción de los dedos que se asemeja a la producida por una afección reumática.

La pérdida de cabellos es frecuente en las cejas, donde progresa desde los laterales hasta el centro, en las pestañas y las extremidades. En cambio, es poco frecuente que el cuero cabelludo se muestre afectado. La pérdida de la función de las glándulas sudoríparas debido a la disfunción de los nervios simpáticos es muy frecuente, pero no lo suficientemente extensa como para llegar a una intolerancia al calor. La anestesia distal de las extremidades puede ser tan severa que ocasione alteraciones tróficas debilitantes de las manos y de los pies.